LA
INMACULADA Y LA JUVENTUD
La
tarde noche presagiaba la crudeza de este otoño invierno que ha
llegado seco y muy frio. La verdad que la tarde invitaba a quedarse
en casa, sentado en la mesa y calentándose los cuerpos, viendo algún
bodrio de lo que los canales de televisión nos dejan casi todos los
días. Aunque también estaba la opción, de ver una película en
algún aparato reproductor o una de las que nos gustan a casi todos
nosotros, por no decir a todos. Es así que dije nada, vamos a la
calle y vemos la procesión de La Inmaculada que sale de San
Francisco y San Eulogio con sus juventudes. Y así lo hice.
Es
por lo cual me dispuse y me fui a la calle a pesar de que mi otro yo,
me decía que me quedara en casa, sentado y calentito. La verdad que
una vez llegado al centro donde encontré aparcamiento muy fácil
-también es raro esto- pues empecé a zigzaguear por las calles
cordobesas y de su casco histórico. La penumbra de la noche, de las
calles y el sentido frio se dejaba entrever por cualquier rincón por
el que pasaras. Y así llegué al entorno de la Catedral de nuestra
ciudad por la calle Encarnación. Allí al fondo se apreciaba ya, el
majestuoso monumento con su color anaranjado de su roca, elevándose
esbelta como es Ella. Con sus recuerdos inconfundibles cristianos,
musulmanes y católicos.
Al
llegar justo a la esquina, la soledad de las calles angostas, dio
paso a la ebullición de la gente. Y en especial de la gente joven
que por allí merodeaba. Seguidamente me dispuse a entrar al gélido
Patios de los Naranjos por la Puerta de Santa Catalina. La humedad se
dejaba notar, por la cercanía de nuestro rio Guadalquivir, un poco
menos concurrido por la falta de lluvia, que tanta falta nos hace. En
ese mismo patio se congregaba ya juventud, costaleros esperando a que
terminase la Vigilia de la Inmaculada que se estaba realizando en su
interior. Juventud rodeada de más juventud. Eso me trajo recuerdos
añorados... Como disfrutan ellos de este tipo de actos, que nosotros
los que estamos entre los cuarenta y cincuenta no tuvimos para poder
disfrutar como lo tienen ahora.
En
aquel patio se congregaban los jóvenes en torno a sus experiencias
de cada uno y sus historias, como volviendo a siglos atrás cuando
ese patio era una ebullición de personas. Pues así entre el frio y
las distintas conversaciones se llamo a ir se para dentro a los
jóvenes costaleros y nos quedamos allí los guerreros luchando
contra el frio.
Al
poco rato se abrían la Puerta de las Palmas y la comitiva cruzaba
bajo el arco de las Bendiciones para desde el interior empezar a
enfilar de nuevo el Patio de los Naranjos. Allí esperando en la
grada, comenzaba el rio joven a desfilar con sus estandartes y varas.
Y lo mejor de todo ver sus sonrisas en sus frías caras que dejaban
entrever en ellas, que la juventud cofrade comenzaba a inundar la
fría noche cordobesa, en una noche fría joven cordobesa escoltando
a Ella. A la Inmaculada Concepción de la Parroquia de San Francisco
y San Eulogio.
La
comitiva seguía su discurrir con un paso algo más ligero ya que la
noche hacía estragos en los cuerpos de todos, con un frio más
incesante. Así enfilamos la calle de la feria, donde los naranjos
parecían abrazarnos para mitigar la noche gélida. Ella con su paso
suave pero firme se dejaba ver con alguna nube que no dejaba a la
luna verla con total claridad. Y así se enfilo la entrada al Compás
de San Francisco. Allí la última levantá en la calle de la
Inmaculada, demostró lo que es la amistad de un grupo de jóvenes
locos unidos por el mundo del costal. Sonó la marcha Hosanna in
Excelsis, o lo que es su traducción la Alegría en el Cielo que la
Inmaculada dulce y pequeñita repartía por el empedrado del compás.
Ella allí arriba nos cobijaba con su dulce y tierna mirada y nos
muestra año a año cuáles el camino que tenemos que llevar en la
vida.
Enhorabuena
a las juventudes cofrades cordobesas porque demostraron tener un
decoro y un saber estar importante en dicha cita con el intenso frio
de la tarde noche cordobesa.
Pachi
Giraldo
Pd.-
Una levantá se dedico a una niña que no lo esta pasando muy bien,
en cuestión de salud. Se pidió por su mejoría, y seguro que
llegará, muy a poquito a poco como diría su padre. Pero llegará.
Desde aquí también rezo por su mejoría muy a poquito a poco.
Seguro que la Inmaculada de San Francisco y San Eulogio encarnada en
la advocación de Candelaria te ayudarán a conseguirlo.
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